Al igual que en el golf tradicional, el objetivo principal del Disc Golf es completar el recorrido de un campo utilizando la menor cantidad de lanzamientos posible. Cada «hoyo» está formado por una canasta donde el jugador debe hacer aterrizar el disco.
Composición: El campo de Disc Golf está compuesto por una serie de hoyos distribuidos en un recorrido. Cada hoyo tiene un punto de inicio, generalmente conocido como el «tee», y una canasta como objetivo.
Tamaño: Los campos pueden variar en longitud y dificultad, pero generalmente tienen entre 9 y 18 hoyos, dependiendo del diseño del campo.
Lanzamientos: Los jugadores comienzan en el área designada (tee) y lanzan un disco hacia la canasta. Cada lanzamiento se cuenta como un tiro.
Zona de caída: Cuando el disco aterriza en la canasta, el jugador ha completado el hoyo. El número de lanzamientos realizados desde el tee hasta que el disco cae en la canasta se cuenta como parte del puntaje total.
Reglas de los lanzamientos: El disco debe ser lanzado desde dentro del área de salida sin que el jugador se desplace hacia adelante. En las zonas de descanso entre hoyos, los jugadores deben esperar su turno para lanzar.
El jugador con el menor número de lanzamientos al final del recorrido es el ganador. En el caso de un empate, pueden jugarse hoyos adicionales para determinar al ganador.
Respeto por los demás: Es importante respetar a otros jugadores en el campo. No se permite interferir o molestar mientras otro jugador está lanzando.
Obstáculos: El terreno puede estar lleno de obstáculos naturales, como árboles, rocas o agua, que pueden influir en el vuelo del disco y el número de lanzamientos necesarios.
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